martes, 18 de octubre de 2011

19 DE OCTUBRE,DIA MUNDIAL CONTRA EL CANCER DE MAMA


QUIERO COMPARTIRLES ESTOS DOS TESTIMONIOS QUE ENCONTRE EN 
INTERNET Y ME PARESIERON MUY INTERESANTES,YA QUE SEGUARAMENTE PODRAN AYUDARNOS A TOMAR CONCIENCIA EN ESTE DIA 
MUNDIAL CONTRA EL CANCER DE MAMA.


SARA (Edad de diagnostico 23 años)

Era julio del 2004, tenia 23 años y me diagnosticaron cancer de mama, sin hijos ni sin antecedentes.
Sinceramente escuchaba hablar mucho del tema, por tantos diagnositcos de personas conocidas, pero siempre crei que a mi no me podia pasar, porque ademas era muy joven y  la autoexploracion mensual no le daba importancia, lo hacia cada 3 ,4, o 6 meses, pero no era un habito.
Pero la vida cambia en un instante, todo fue tan repentino, tan rapido que ni tiempo tuve de asimilarlo en esos momentos.
Estaba por salir de vacaciones , pero aplaze el viaje una semana porque se casaba una de mis mejores amigas, en esa semana, una noche me puse a leer algo en una revista que agarre al azar y habia un testimonio de una mujer sobreviviente de cancer de mama, lo lei y al terminar de hacerlo, instintivamente toque mi seno izquierdo y senti una bolita, como un chicharito muy dura, pense que era solo mi imaginacion por lo que habia leido y mejor me dormi, al siguiente dia me levante con la insertidumbre y volvi a tocarme, pero era real, sentia una bolita, por lo que le comente a mi hermana mayor, ella se lo comento a un cirujano y me dijo que era de grasa, luego pedimos opinion a una ginecologa y me dijo que era hormonal, que ocuparia un medicamento, pero que no me preocupara, ya que por mi edad no podriamos pensar en "nada malo". Siempre he dicho que uno de mis mayores defectos es ser terca y desconfiada, por lo que le pedi al cirujano que me la sacara, el me decia que no, que me fuera de viaje tranquila y a mi regreso fuera a la ginecologa, pero yo insisti tanto al grado de gritarle que nadie podia asegurarme que no fuera nada malo, hasta no ver un resultado de laboratorio y que si el no queria hacerlo buscaria a otro que si quisiera, entonces me mando hacer un eco mamario, porque aun no calificaba para una mastografía, al siguiente dia fui y cual fue mi sorpresa, la bolita pequeña que yo me sentía en realidad era solo una de las tres que se apreciaban en el eco, que juntas median 3.5 cm, si en algun momento estaba asustada, ahora estaba aterrorizada, lleve el resultado de inmediato al cirujano y me hizo la biopsia después de tener una nueva discusión ya que me sugería que esperara y no fuera tan desesperada en hacer todo rápido. pero al fin me hizo la biopsia en ese momento y la mande al laboratorio, en una semana estaría el resultado, por lo que aplace de nuevo mi viaje hasta que el resultado estuviera, tenia miedo, incertidumbre, desesperación , pero esa semana la dedique a investigar todo lo relacionado al tema, posibilidades de curación, tratamientos etc. porque algo en mi interior me decía que debía prepararme para lo que seguía, mis amigas me decían que no me preocupara de mas, pero había algo en ese sexto sentido femenino que nos pone sobre aviso, llego el día de el resultado y el diagnostico fue devastador para mi, un cáncer invasivo que ya había llegado a los nódulos linfáticos, me paralice completamente y de repente me encerré en mi habitación a llorar todo lo que pudiera, porque a partir del siguiente día, tendría que iniciar la lucha y debía estar fuerte , como se atravesó el fin de semana el lunes a primera hora ya estaba con el oncólogo, aun recuerdo como una sensación de frio recorrió mi cuerpo cuando entre al área de pacientes con cáncer, ahí asimile lo que me estaba pasando , el oncólogo se impresiono por la rapidez con la que acudí, ya que hacia solo 10 días me había detectado el tumor y ya iba hasta con biopsia, el me mando al oncólogo medico, experto en quimioterapia, el cual desde el primer día me dio  animo y me lleno de esperanza, me dijo que lucharíamos juntos que iba a estar bien, mi tratamiento fue de 12 quimioterapias en cuatro bloques cada 28 días, eran sumamente agresivas por un error medico, pero que afortunadamente logre soportar, luego una cirugía en la que me extirparon el seno y los nódulos linfáticos, le siguieron 4 quimioterapias mas y 25 sesiones de radioterapia.
cuando la primer quimioterapia llego la residí en la total ignorancia, fue algo que no le deseo a nadie, ha sido lo mas difícil, doloroso, devastador  e inimaginable que mis palabras no podrían expresar, fueron 8 días las 24 horas, vomitando cada 5 o 10 minutos, pensé que no aguantaría, me parecía algo interminable, porque realmente es una sensación extraña que no tiene explicación, dos veces tuve que ir a urgencias por las condiciones tan malas en las que me encontraba, deshidratada, con una presión arterial que no podía detectarse y con repentinos momentos de incoherencias en mis palabras, pero saque fuerzas internas para seguir luchando, aunque confieso que quise rendirme y pedí a dios me llevara con el porque no creía soportar eso, pero una vez que pasaron los efectos hacia mi vida normal, pensé que seria dramática la caída del pelo pero no fue como lo pensé, cuando inicio su caída decidí raparme y no me molestaba que me vieran asi, hasta bromeaba con mis amigas y mi novio por mi cabeza sin un solo pelo, aunque me gustaba mucho usar gorritos o paliacates, no por vergüenza, sino por la crueldad de mucha gente que nos ven como un bicho raro, sin imaginarse siquiera lo que unos esta viviendo en esos momentos, esto es parte de la ignorancia .
Asi fueron 3 quimioterapias mas, y hasta en la cuarta, el oncólogo detecto un error en las dosis, me estaban poniendo 80 % mas de lo indicado y eso que lo indicado era demasiado porque la edad no me ayudaba y debíamos atacar con fuerza, ahora entendimos porque me sentía tan mal, cuando otras personas me contaban que solo tenían un poco de nausea y malestares que eran soportables, lo peor que pudo pasar como me lo dijo el oncólogo, era haber quedado en una quimioterapia, y me dijo: tienes muchas ganas de vivir y una gran fortaleza, porque soportantes una bomba atómica en tu cuerpo. Con 3 sesiones de quimioterapia me habían puesto lo de  8 !!! pero dado la edad y la fuerza de la enfermedad, el oncólogo decidió que seguirían poniéndome dosis después de la cirugía para evitar que quedara alguna célula.
Sentí mucho coraje porque creí que aparte de lo que estaba pasando, no creía merecer tanto sufrimiento, y en algunos momentos mi animo bajaba mucho y me sentía sin fuerzas, pero en este difícil y doloroso camino, conocí a dos personas muy queridas por mi y que me ayudaron muchísimo, una de ellas ahora esta en el cielo, pero gracias a su ejemplo, a su enseñanza, a sus palabras, a su animo , a su fortaleza y a todo lo que la caracterizaba, me dio su mano para luchar juntas y que sintiera mas ligero  este difícil camino tan obscuro .La cirugía que me practicaron fue una mastectomía radical con extracción de ganglios linfáticos, no había otra opción , el tumor abarcaba varios cuadrantes del seno y había que retirarlo todo, ese fue otro duro golpe, cuando me vi al espejo y solo vi una enorme cicatriz, para toda mujer los senos son parte importante de la feminidad, y es doloroso anímicamente hablando sentirse mutilada, pero gracias al apoyo de terapia y el compartir y convivir con otras mujeres sobrevivientes, entendí que fue el sacrificio que tuve que hacer por seguir viva y por eso valió la pena ... también pienso que como mujeres valemos mas que un par de senos, la esencia como seres humanos es la que nos da el valor como personas, a veces de que sirve un cuerpo perfecto con un alma vacía ... hace dos años gracias a una fundación me hice la reconstrucción de senos y me siento feliz.  
No es fácil enfrentarse al cáncer, no es fácil su tratamiento, no es fácil nada, pero si queremos vivir debemos poner todo lo que este de nuestra parte para que el resultado sea exitoso.
Después de la cirugía , la quimioterapias eran mas tolerables, solo dos o tres días de molestias , y pasaba , y hacia mi vida normal, salía a comer, a tomar un café, a pasear, nada me detenía.
Las sesiones de radioterapia se me pasaron volando, aunque se me quemo la piel, sus efectos fueron mínimos.
Una vez terminado el tratamiento seguido un medicamento que tome por 5 años el Tamoxifeno , que me ayudaría a evitar una recaída, también con el tamoxifeno me fue un poco mal, que en mas de una ocasión estuvieron a punto de suspendérmelo, pero decidí aguantar sus efecto y creo que con el paso del tiempo me acostumbre al dolor de huesos y nauseas y molestias generales que causa, lo que yo quería ante todo es que la enfermedad no regresara, ahora sigo  en chequeos, nunca supimos la etapa del cáncer porque el tumor se partió con la biopsia, lo que si se, es que ya han pasado  6 años, y cada día le doy gracias a dios por esta oportunidad de seguir viva, la verdad no se  cuando pueda ser dada de alta, esta es una enfermedad traicionera y me da miedo que pudiera regresar, pero si asi fuera, volveria a luchar con fuerza y vencerla como la primera vez.
Esta experiencia ha dejado en mi mas cosas buenas que malas, he aprendido a valorar cada segundo de mi vida, acercarme a mi familia, a llenarme de amor para compartir con la gente que me rodea, a ser paciente, tolerante y mas humilde, no es que fuera mala antes, sino que a veces llevamos un ritmo de vida en la que no nos detenemos a ver las cosas con tranquilidad ni  a darle gracias a dios y la vida por la maravillosa oportunidad de exitista, sigo siendo de carácter fuerte, pero ya no me enojo por cosas que no valen la pena, y si me enojo, saco el sentimiento para no guardar dentro de mi sentimientos negativos que puedan afectar mi ser, porque durante el proceso de tratamiento , también me di tiempo de sanar mi alma y esa ya no permito que sea tocada por nada negativo.
Tengo muchos planes, sueños y deseos que cumplir y no desisto ni desistiré hasta lograrlos, por algo Dios me concedió una segunda oportunidad y la voy aprovechar ...  dentro de mi proyecto de vida esta el formar un hogar y tener un hijo, aun no se si pueda hacerlo, pero creo que aun soy joven, yo espero que en unos añitos mas pueda ser y sino, creo que hay miles de niños deseosos de tener un hogar lleno de amor y yo estoy dispuesta a dárselo alguno de ellos, dejo en manos de Dios ese deseo, el sabrá si es o no para mi ese privilegio.
Ahora estoy muy bien, me siento muy feliz, no faltan algunos achaques que me quedaron como secuela de la agresividad del tratamiento, pero son cosas tolerables y he aprendido a vivir con ello, lo que quiero es seguir viva, sana y creando conciencia en todas las mujeres, sobre todo en las jóvenes porque creemos que por la edad no nos puede pasar, pero el cáncer de mama no distingue edad, condición social, ni distingue nada, el simple hecho de ser mujer es nuestro principal factor de riesgo, por eso si notamos algo raro en nuestros senos, no dudemos en acudir al medico e insistir en una atención minuciosa, amemos nuestra vida  y seamos tercas , porque a mi ese defecto me SALVO LA VIDA.

Practicar la autoexplocaion mensual solo lleva unos minutos, una vez al mes y nadie conoce nuestro cuerpo mejor que nosotras mismas para detectar si algo no anda bien, hagamos del cáncer de mama una enfermedad 100% curable, detecciones oportunas, sin miedo , porque el cáncer de mama ya no debe ser un sinónimo de muerte.Ustedes aun estan a tiempo de evitar pasar por todo esto.




GINA (Edad de diagnostico 25 años)

Cuando tenía 25 años, en julio del año 2000, me diagnosticaron cáncer de mama. Fue en un momento fuerte para mí, pues mi mamá no estaba conmigo. Ella estaba viviendo fuera de México ya desde un año atrás. Ella se fue a Albania a ayudar a los refugiados de la guerra de Kosovo. Como mi relación con ella es tan cercana, decidimos encontrarnos en un punto intermedio. Turquía fue el lugar. Pocos días antes del viaje me detecté una bolita y decidí que al regresar me la atendería, pues Turquía no era el lugar idóneo para hacerlo. Me reencontré con mi mamá y pasamos unos días maravillosos en un país mágico. En cuestión de semanas, esa bolita había crecido al doble de tamaño del que yo había palpado por primera vez. Al regresar a México, lo primero que hice fue ir a ver a mi ginecóloga. Ella me dijo que lo que me estaba ocurriendo no estaba bien. Me mandó de inmediato un ultrasonido, seguido de una mastografía y de ahí con un oncólogo para hacer una biopsia. Estaba asustada, la incertidumbre siempre angustia. Relativamente poco tiempo antes de todo esto, mi mejor amigo había pasado por un cáncer muy agresivo con éxito. Así que sabía que el doctor que debía ver sería el mismo que lo trató a él.
El doctor, al terminar la revisión, sin dudar me dio su diagnóstico y me preguntó si quería que me pusieran un catéter y aprovechar el procedimiento de la biopsia, además de darme calidad de vida en el tratamiento. Yo acepté, mi intuición era que el médico sabía qué terreno pisaba y querían ir adelantando camino. El día siguiente fue arduo, todo un día de estudios. Tenía que hacerme una biopsia para conocer el "nombre y apellido" del tumor y así saber qué tratamiento sería el correcto para mí. Checar niveles en sangre y explorar con diferentes estudios todo el cuerpo para ver si no se había esparcido a algún otro lado.
Al día siguiente no sólo me hicieron la biopsia, colocación del catéter, estudios minuciosos, sino que empecé mi primera quimioterapia. El tumor era tan grande y agresivo, que había que reducirlo antes de hacer una cirugía para extraerlo. La edad no me ayudaba, entre más joven seas el "tumor tiene más energía y va a mil por hora". Había que ganarle la carrera al tiempo. Las radiografías mostraban manchitas en el pulmón, pero no existía la certeza de que fueran metástasis.
Cuando empecé el proceso, mi mamá no estaba conmigo. A pesar de que no vivo con mi papá, él siempre ha estado a mi lado, pero añoraba a mi madre. Esta enfermedad no hay quién la comprenda mejor que las mismas mujeres. Quería estar con mi familia, no quería estar sola y menos perteneciendo a una familia tan grande y unida como la mía. Cuando mi mamá supo la noticia, arregló todo y regresó de inmediato.
En el momento que me dijeron que tenia cáncer supe que le tenía que echar muchas ganas; que tenía que trabajar duro; que esta experiencia algo me iba a enseñar. Tomé el tiempo de mi curación como una lista de espera. Como cuando vas a un restaurante. La mesa te va a tocar cuando te tenga que tocar. Y así me visualicé: mi mesa era curarme, me había enfermado y tarde o temprano mi turno iba a llegar.
El tratamiento inicial consistía en seis ciclos de quimioterapia, pero la reacción del tumor fue tan buena que fueron únicamente tres. Después de estos tres, ya prácticamente la bolita ni se sentía. El Dr. me dijo que estaba lista para la cirugía. Días después me practicaron una mastectomía radical.
Hablé con mi familia y les comenté que el precio que se paga es muy caro como para no aprovecharlo; que todos teníamos algo que aprender; que debíamos estar dispuestos a absorber todo lo que iba a pasar para que tuviera sentido.
Recuerdo que cuando se me cayó el pelo, yo quería andar así. No quería peluca, no quería nada, pues realmente esa era mi condición, pero me di cuenta que la gente es muy cruel y te ven de una manera hasta agresiva algunas veces. Después del tratamiento, mi pelo tardó un año y medio en crecer y sólo me creció el 10%. Las cejas no me crecieron, las pestañas sólo a la mitad. Esto era un caso rarísimo y para mí fue muy difícil de pasar. Hubo veces en las que me veía en el espejo y me sentía la mujer más fea. Con el tiempo fui encontrando la manera de verme bien, de ver esta nueva cara y transformarla. Debo reconocer que necesitaba escuchar un halago que me hiciera sentir bien, como antes, pero la realidad es que nada es como antes, tu vida también se transforma.
Inicié un nuevo ciclo de quimioterapias después de la cirugía, seis más. A esto le siguieron 30 sesiones de radiaciones, pero nada más me pudieron dar veinticinco porque se me quemó la piel.
Cuando me intervinieron para la mastectomía, me hicieron extracción de ganglios linfáticos. Tres meses después me dio una complicación llamada linfedema en el brazo y la mano derecha y parte de la espalda. En ese momento, no había nadie en México que tratara este padecimiento. En Enero de 2001, llegó a mi vida la T.F. Isabel Aloi con el conocimiento y solución al problema. La madre de Isabel fue víctima del cáncer y tuvo linfedema en ambas piernas, ocasionándole una pésima calidad de vida. Esa fue una de las razones por las que Isabel decidió estudiar a fondo el linfedema, para ofrecernos lo que su madre no pudo tener. La movilidad de mi mano ya era bastante deficiente y el brazo empeoraba día con día, estaba muy inflamado. Gracias a la atención de Isabel, mi perseverancia y el uso de un guante y manga de compresión, he podido mantener la mano y el brazo en su tamaño normal.
Cuando me dio el linfedema, sabiendo por todo lo que uno tiene que pasar, me propuse hacer algo por los demás, al menos informar para que tomaran decisiones con conocimiento. Es un tratamiento al que hay que dedicarle mucho esfuerzo, mucho tiempo, mucha dedicación... Hay momentos en los que lo único que quieres es llegar a tu casa a dormir, a descansar, en vez de hacerte masaje en el brazo por media hora y vendarte, pero es muy importante cuidarlo todos los días. Por eso puse una página de internet en conjunto con toda la experiencia y conocimiento de mi terapeuta Isabel, donde viene todo lo necesario para prevenirlo. También he participado en diferentes medios, donde he tenido la oportunidad de compartir todo lo que he aprendido en estos años. Una vez tuve la fortuna de ser invitada a una conferencia donde acudieron 800 gentes de condición muy humilde, para que estuvieran enteradas de estos adelantos de curación y detección temprana de cáncer de mama.
Nunca pensé en lo que el cáncer realmente representaba en mi vida hasta que empecé a vivir las consecuencias de los tratamientos. Hubo un día en que me sentí tan mal que en una ocasión me fui sola manejando a Urgencias. También recuerdo que cuando empecé con la menopausia inducida, me sentí tan débil, agotada... Mi cuerpo pedía auxilio, pero había que seguir luchando.
Tiempo después de terminado el tratamiento, quise cerrar un ciclo en México y acepté el ofrecimiento que me hicieron para trabajar en Estados Unidos. Yo venía cada mes a ver a mi abuelita, pues estaba enferma. En una de mis visitas, aproveché para hacerme mi chequeo trimestral y fue ahí cuando me encontraron metástasis en cerebro, a tres meses de cumplir 2 años en remisión. Creo que la enfermedad de mi abuelita tenía un propósito: traerme de regreso a México para detectar este nuevo tumor. Una de mis mayores preocupaciones era que se me iba a caer de nuevo el pelo que con tanto esfuerzo creció. Eso fue devastador para mí. La radiación quemaba esta zona y el pelo se volvió a caer. Le pregunté al doctor si volvería a crecer, pero su respuesta no me lo aseguraba. Ya ha pasado tiempo desde ese día. Ya me acostumbré y ya no me importa, pues ahora tengo una razón más: todos los que tenemos que estar de esta manera, sin que sea nuestra decisión. Así salgo a la calle porque me he propuesto que la gente tiene que aprender a respetarme "tal y como soy".
En esta recaída, supe que no todo dependía de mi voluntad, de mi buena disposición y de mi actitud positiva. Había factores externos de los cuales yo no tenía control. Ahora sí pensé en la muerte.
Pero la vida sigue teniendo sorpresas para mí. Casi terminado el tratamiento de la metástasis de cerebro, una vez más el cáncer se hace presente. Me detectan metástasis en huesos. Sí, por tercera ocasión, aparece en mi cuerpo, en mi existencia, en mis batallas. Para mí la guerra no ha terminado, no sé cuándo termine, pero seguiré luchando, no me pienso dar por vencida. Si ya gané una y luego otra, ¿por qué no he de salir vencedora de esta tercera?
Tuve experiencias con médicos con poco tacto. Pero también me he topado con médicos optimistas, que me llenaron de esperanzas y que dejaron que fuera yo quien tomara las decisiones de mi vida y de mi futuro. No sería honesto ocultar mi miedo a la maternidad. Siento temor de que alguno de mis hijos, si llego a tenerlos, herede mis genes. Y aunque sé que eso no es determinante, sí influye y no sé si podría vivir con eso.
En este momento no tengo pareja. Nunca me he sentido en desventaja, ni devaluada como mujer con el cáncer. Creo que por ahí habrá alguien que comprenda mi situación y sienta como yo, pues ahora tengo muchas más riquezas que antes, mucho que dar y experiencias que compartir.
Mas no todo ha sido perdido. También he ganado muchas cosas con esta enfermedad. Gané tranquilidad; gané valor por la vida; valor en especial por mi familia. Es algo maravilloso que no se puede explicar, creo que es la experiencia más maravillosa que me ha pasado. Contar con el apoyo de tanta gente, vivir experiencias que te enseñan a aprender otros valores, a entender más a la gente, ser más paciente y tolerante. Antes yo me quejaba de cualquier cosa y ahora es completamente lo contrario. Hoy me parece terrible la gente que se queja de cosas tan "tontas". Me da tristeza que no valoren la fortuna que tienen enfrente, que es la vida, la salud. Tienen tantas cosas increíbles y maravillosas.
Seguramente todavía tengo mucho que aprender para ser mejor persona, mejor mujer. "Vale la pena todo lo que tengas que pasar por seguir viva. Y si muero, lo haré en el intento, en el aprendizaje, en la conciencia de vivir".
Gina murio  en noviembre del 2005 despues de una inquebrantable lucha. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dos historias maravillosas Carmen! Ojala y toda mujer tome conciencia de la importancia de la auto exploracion e ir a nuestros chequeos regulares!

Antonia